James Dean, 60 aniversario de su muerte

Hace unos días se cumplió el aniversario del fallecimiento del actor James Dean, un rebelde sin causa que estaba destinado a morir igual que vivió.

El día 30 de Septiembre de 1955 el bólido maldito Porsche 550 Spyder, truncó el talento de james Dean y nos regaló una leyenda que dura ya 60 años.

James Dean, el nacimiento de una leyenda

Es curioso comprobar como todas las tragedias de personas que han sido estrellas del cine, de la canción, moda, etc, se convierten en leyendas… Tanto la muerte, como el desamor o las tragedias más variopintas, lejos de justificarse, adquieren unas dimensiones desproporcionadas y tornan en versiones más románticas.

Muchos son los famosos que han truncado sus vidas de forma trágica y el mundo del cine los ha convertido en leyenda, ni más ni menos, hace muy poco que ha sucedido con el actor Robin Williams, que nos dejó de una forma bastante tétrica, suicidándose…

Y eso es precisamente lo que le sucedió al intérprete de «Rebelde sin causa», que vivió al límite y finalizó su vida de la mano de «Little Bastard», un Porsche 550 Spyder.

Ese era el nombre con el que se bautizó a ese coche deportivo que reemplazaba al Porsche 356 Speedster, diseñado a principios de los 50’s. Fueron 78 unidades las que se vendieron de las 90 que se fabricaron, y es que con sólo 110 caballos lograba alcanzar los 220 km/h.

James Dean no pudo contener su deseo de tener su deportivo, en este caso tenía una carrocería de aluminio y una leyenda en su partachoques trasero que ponía «Little Bastard» (pequeño cabrón). Lo compró en el año 1955 como una solución temporal para correr en una carrera en el aeropuerto de Salinas en California.

Se podría decir que james Dean fue la estrella más fugaz de Hollywood, y es que solamente necesitó un año de películas para convertirse en toda una leyenda.  ‘Al este del edén‘, Rebelde sin causa‘ y ‘Gigante‘, esas fueron las películas que llevaron al estrellato a un apasionado de las carreras.

James Dean llegó a contar con cuatro coches deportivos, su última adquisición, el Porsche 550 Spyder que lo llevó a la muerte. Su intención era correr en Salinas con su Lotus Mark X pero este coche no llegó a tiempo por lo que George Barris (un mecanico especializado en automóviles de cine) y el mismo actor decidieron que correría con el Porsche 550 Spyder .

Como dato curioso, el 23 de septiembre de 1955, a falta de una semana para la carrera, James Dean coincidió en un bar de carretera con Sir Alec Guiness, actor que encarnó a Obi-Wan Kenobi en la saga de ‘La guerra de las galaxias’. Este le dijo que fuera con cuidado porque cuando los rayos de sol se reflejaran en la carrocería de aluminio de aquel bólido, lo harían invisible en la carretera. es más, le sentenció «Si lo conduces morirás en una semana«.

Una semana después, aquel fatídico 30 de Septiembre, en un cruce de caminos en dirección al Aeropuerto de Salinas James Dean, en su Little Bastard impactó de frente con un Ford Custom. El actor murió en el camino al hospital de Paso Robles, y su acompañante, Barris, subrevivió.

Un día en el que nacieron dos leyendas, la de aquel joven actor de 24 años y la del automóvil que parecía tener una maldición, porque el mismo día en que todo sucedió, el operario que trasladaba los restos del coche murió aplastado cuando lo descargaba.

Por lo que, antes de que pudieran ocurrir más desgracias, la compañía aseguradora decidió desguazar lo que quedaba del coche y venderlo piezas, y ¿sabéis el resultado? Pues que todas las personas que compraron un pedazo de aquel coche murieron en trágicas circunstancias o tuvieron accidentes muy graves, como es el caso del piloto Troy McHenry que compró el motor y murió en un accidente, o el de William Eschrid al que se le bloqueó la caja de cambios en el coche que llevaba la transmisión del deportivo y resultó herido grave.

 

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