Después de años luchando contra el Parkinson, Mohamed Alí ha perdido el único combate de su vida que no podía ganar, el tres veces campeón del mundo de boxeo, falleció ayer a los 74 años víctima de un cáncer.
Mohamed Alí ha sido mucho más que una leyenda, ya que no solo era una estrella del deporte sino que también fue muy famoso por su compromiso tanto social como político.
Mohamed Alí, una nueva leyenda eterna
Al igual que otras muchas celebridades como es el caso de John F. Kennedy, Elvis Presley o Marilyn Monroe entre otros, Mohamed Alí siempre estará asociado a una década, en este caso a los años sesenta y setenta, ya que logró alzarse con por tres veces como campeón del mundo de pesos pesados de boxeo, y por si eso fuera poco también logró ser campeón olímpico de pesos semipesados en el año 1960.
En su carrera como boxeador, Mohamed Alí peló en 61 combates como profesional, y se alzó con 56 victorias, logrando ser conocido por su estilo propio que según decían «flotaba como una mariposa y picaba como una abeja».
La llegada de Mohamed Alí al boxeo fue a la temprana edad de 12 años, cuando un policía que se convirtió en su entrenador oficial, lo llevó por primera vez a un gimnasio después de que alguien le hubiera robado la bicicleta al chico.
Con tan solo 18 años ganó en los Juegos Olímpicos de Roma la medalla de oro de los pesos semipesados y fue cuando decidió saltar como profesional al boxeo.
El 25 de febrero de 1964 Mohamed Alí ganó el título mundial de los pesos pesados, después de luchar con Liston. Ese mismo año el boxeador anunció su conversión al Islam y fue cuando decidió abandonar su nombre original por el que hoy es conocido, Mohamed Alí, fue entonces cuando decidió militar en el movimiento de Malcolm X que buscaba la liberación de los guetos negros y finalizar contra la segregación racial.
Otro hecho insólito en aquella época que le marcó como el deportista más rebelde de todos los tiempos fue su negativa a incorporarse al ejercito y combatir en la guerra de Vietnam, por insumisión fue condenado a cinco años de prisión y le suspendieron tres años a parte de despojarle de su título, cosa que no logró amilanarle y en el año 1970 regresó venciendo a Jerry Quarry en el cuadrilátero.
En el año 1984 fue diagnosticado de Parkinson y desde entonces abandonó su carrera y luchó con todas sus fuerzas contra esta enfermedad. Mientras tanto siguió en su tarea defendiendo los valores del Islam y de los musulmanes, incluso, en el año 2002 fue a Afganistán como Mensajero de la Paz de Naciones Unidas.
Después de múltiples galardones, en el año 2012, Mohamed Alí fue nombrado «Rey del Boxeo Mundial» en Cancún-México por el Consejo Mundial de Boxeo y se le impuso una corona de 2 kilos de peso bañada en oro de 24 kilates.
Casado en cuatro ocasiones, ha tenido ocho hijos naturales y uno adoptivo. La única hija que se dedicó al boxeo profesional, fue Laila Alí, la más pequeña, desde el año 1999 al 2007 y en el 2002 se alzó con la triple corona mundial de los supermedios (IBA, IWBF y WIBA).
Toda una vida marcada por el deporte y por la lucha política y social que deja tras de sí una enorme huella difícil de llenar.