No solo algunas mujeres se pasan con los retoques, son muchos los hombres que se han convertido en Adictos a la Cirugía Estética.
La adicción a la cirugía estética está haciendo que aparezcan nuevas enfermedades como la Dismorfia. El hecho de obsesionarse por estar siempre perfecto puede conllevar serios problemas, que hoy te voy a contar.
Adictos a la Cirugía Estética, cómo saber si has caído
Los Adictos a la Cirugía Estética van cada vez más en aumento. Son personas que buscan tratamientos de todo tipo para lograr sentirse perfectos.
Pero ¿qué sucede? Pues que tras cada cirugía, nunca se ven bien. Siempre buscan mejorar algo más y se convierte en una cadena incesante de entradas y salidas al quirófano. Normalmente suelen ser personas con un trastorno dismorfóbico. Este trastorno es un síndrome de distorsión de la propia imagen. Es decir que se trata de una preocupación extrema por algún defecto que, muchas veces, ni siquiera existe.
Las personas que sufren este trastorno suelen tener mucho miedo a la opinión de los demás. Se pueden ver ante el espejo como «monstruos» porque la imagen que tienen sobre sí mismas suele estar distorsionada. Esto genera un problema grave de ansiedad. Afectando a la vida diaria, convirtiéndoles en personas inseguras de sí mismas e infelices.
La pregunta clave que debes hacerte si has pasado o piensas pasar más de una vez por quirófano es ¿qué espero de mi cirugía estética? Si tu respuesta es que si cambias serás más aceptado, que te ayudará a relacionarte con la gente, etc, etc, entonces antes deberías tratar de hablar con un profesional que te ayude.
Es muy importante conocer el perfil psicológico de cada persona antes de comenzar cualquier tratamiento estético. Porque, tal vez, detrás de un pequeño retoque, existe un problema emocional más complicado de resolver.