La glicación de la piel es una reacción química que nos va envejeciendo. Una reacción de los enzimas que hacen que los azúcares se vayan fijando sobre unasp roteínas llamadas «intra», que están en el exterior de las ce´lulas y que hace que las fibras del colágeno y de la elastina se vuelvan poco a poco más rígidas y la piel pierde su elasticidad.
La glicación de la piel provoca la aparición de arrugas y alteraciones a nivel del ADN celular de la epidermis. Pero también se dilatan los vasos sanguíneos, provocando una reacción inflamatoria, por lo que las células que resultan dañadas mueres de manera muy rápida y se van eliminando con la descamación de la piel.
Cómo evitar la glicación y lograr un bronceado uniforme
La glicación de la piel se puede evitar, al igual que sus desastrosos efectos. Sobretodo es muy importante llevar una correcta alimentación. No hay nada mejor que comer alimentos al vapor, o cocinados a fuego lento. Di adiós a las parrilladas, de alimentos cocinados a partir de 180º y de salsas preparadas con mucha grasa.
Para ayudar a la piel a conseguir un bronceado uniforme y duradero, existen tratamientos de nutricosmética en cabina pero también hay una amplia gama de productos de cosmética que se pueden usar en casa.
Si tienes dispuesto realizarte el tratamiento en cabina, lo ideal es que comiences en tu centro de estética de confianza unas cuatro semanas antes de exponerte al sol, donde te realizarán un peeling corporal. De este modo eliminarás todas las células muertas, afinarás la epidermis y mejorará la textura de tu piel.
Cositas que puedes hacer tú mismo es un tratamiento interno con nutricosmética, un mes antes de la primera exposición al sol, toma una cápsula de Betacaroteno. Estos suplementos hacen que estés más protegido contra las quemaduras solares, pero también tratan posibles problemas asociados a la pigmentación cutánea.
Tomar betacaroteno tiene muchas propiedades, entre ellas: Disminuye la sensibilidad ante el sol, nos protege de las radiaciones UV, favorece la producción y distribución uniforme de melanina, ayuda a lograr un bronceado duradero y uniforme, protege ante las agresiones externas, retrasa el envejecimiento, estimula el sistema inmunológico y tiene un elevado poder antioxidante.
Aunque nuestra piel tiene su propio sistema natural para protegernos, no es suficiente si las exposiciones solares son intensas, por lo que debemos tomar una serie de precauciones para evitar sufrir algún daño. Así que para tener una protección adecuada lo primero que debes hacer es comprobar tu tipo de piel, y lo primero que debes tener en cuenta es que la mejor protección es la propia conciencia que tiene cada uno sobre los peligros de exponer demasiado la piel al Sol.
El objetivo primordial para cuidar al máximo la piel es Preparar – Proteger – Reparar, lo único es que dependiendo del tipo de piel de cada uno, los cuidados serán más o menos elevados. Y es que, en la actualidad hemos asumido que tenemos que proteger la piel frente a los estragos del Sol, pero no tenemos tan clara la respuesta a la hora de repararla.
Los rayos de Sol contienen infinidad de radicales por lo que tomarlo en exceso provoca un envejecimiento de la piel prematuro e irrevesible. Las fibras de elastina y colágeno se endurecen y la piel va perdiendo la elasticidad formando arrugas, problemas en el ADN, procesos inflamatorios, etc. Esto da como resultado que tengamos imperfecciones cutáneas, que el aspecto de nuestra piel cambie, que ya no esté tan luminosa y que esté más sensible.
Es por eso que es de suma importancia usar productos que sean ricos en principios activos para ayudar a reparar todos estos daños.